martes, 26 de marzo de 2013

Yo confieso...

Confieso que como persona que soy, nunca cedí a ninguna otra (persona), autoridad alguna para retenerme físicamente, ni para cargar con violencia o sin violencia, armado o sin armar contra mí, ni para darme una identificación, ni para asignarme unos derechos, ni para violarlos sin miramiento...

Sigo harto de escuchar estupideces a estúpidxs que afirman que cada individuo ha de asignarse una profesión y cumplir su trabajo de la mejor manera, que todas ellas son igual de respetables y necesarias para esta sociedad. Como persona me siento engañada... Ni todas las profesiones (que suponen ser igual de respetables y necesarias) están igual de remuneradas, ni todas las personas tienen el mismo acceso a un oficio, ni todos los oficios que así llamáis lo son realmente.

Precisamente por eso, por cumplir bien vuestro oficio, cuando tengo oportunidad os insulto, os escupo, os lanzo objetos... Porque ese trabajo que bien cumplís consiste en acatar lo que alguien, aunque sean personas como yo, pero a quien sí que dais autoridad, os manda y ordena sobre mí, haga lo que haga, lleve razón o no... a juicio de nadie; es decir, desvalorizando mi persona.

No os llamo “hijxs de puta” porque me duelan vuestros golpes, ni por sentirme cansado y torturado después de una larga retención, os insulto porque elegisteis el oficio de tener autoridad sobre mí (persona como vosotrxs), el que os da derecho a golpearme y retenerme si así os ordena una autoridad superior.

Sois “hijxs de puta” por trabajar de lo que trabajáis, porque sois lxs culpables de mantener esta sociedad  jerarquizada y así traicionar los derechos de lxs verdaderxs trabajadoras y trabajadores, lo que a fin de cuentas para quien no tenemos ningún tipo de poder ni autoridad significa: trabajar para nuestrxs enemigxs.

27/09/12

No hay comentarios:

Publicar un comentario