lunes, 15 de abril de 2013

A 300 metros de la democracia

Es escuchar los informativos y agudizarse una ulcera de estómago que está creciendo dentro de mí con cara de vicepresidenta de gobierno. No hay día últimamente que los llamados “escraches” de la PAH no sean noticia en cualquier medio de comunicación y centro de debate moral en tertulias y mesas de opinión de dichos medios. Casual o no tan casualmente, políticxs y medios coinciden en la aberración que supone el terrible hecho de que un grupo de treinta personas se acerque a la humilde morada de un/a honradx políticx.

Esta cruda realidad realmente debe de ser un verdadero infierno para tan obreras, consecuentes y admirables personas, campechanas todas ellas que durmiendo escasas horas y compaginando varios empleos son molestadxs en sus viviendas de escasos metros cuadrados sin motivo ni razón aparente y contra toda “democratización”.

Vale, ya en serio. Supuestamente vivimos bajo un sistema democrático que hemos elegido o en el que al menos participamos (“participamos”). Supuestamente hemos elegido delegar toda nuestra actividad política en elegir cada cuatro años a un grupo de señorxs que se encarguen de cumplir un programa electoral promovido por su partido y gobernar al resto de nación bajo esa responsabilidad democrática (asumiendo estas tareas como oficio). Sin profundizar más estas afirmaciones, antes de que este texto pase a ser “subversivo” plantearé unas cuestiones:

¿Qué pasa cuando un obrero no cumple lo estipulado en su contrato de trabajo? ¿Qué ocurre cuándo el jefe de una empresa no cree adecuado el trabajo de una trabajadora? ¿y cuándo miente sobre su trabajo? (¿y cuándo hay indicios de que además de tener buen trabajo se añade números de las nóminas de sus compañerxs?)

Estas acciones conllevan sanciones, despidos… Es decir, conllevan siempre responsabilidades. Sin embargo, no nos alarmamos cuando nuestra clase política no solo no cumple su propia propaganda, se les imputa por corrupción, de la que encubrirán su mentira aunque se descubra la firma en su corbata de cualquier constructora, demuestren su ineptitud como políticx (y como persona), se les pille jugando a las maquinitas durante los plenos… (¡Y que no se esfuercen en aprender inglés, o al menos en no hacer el ridículo!). Nos alarmamos porque  ya exciudadanxs de clase media  vistos en la calle se atrevan a ir a la puerta de su casa a pedirles responsabilidades.

500 desahucios diarios en España, ninguna aberración. Desahuciadxs pegando pegatinas en la puerta de lxs políticxs RESPONSABLES de que la actual ley hipotecaria siga en pie, cruz de medios de comunicación. Coherencia política y justicia social, como de costumbre en este país nos empeñamos en criminalizar la crítica y no en escucharla.

Hasta el Tribunal de Justicia de la UE  considera abusiva nuestra ley hipotecaria, seguimos condenando a la recién sin techo que protesta a la puerta de una persona tan culpable y único responsable  como un político. Supongo que la alternativa que nos da una celebridad como Carlos Floriano es que la PAH presente su candidatura a las próximas elecciones para así tener representación tan “popular” y legítima como la de su partido; o que simplemente convoque una manifestación pacífica y puntual para calmar los ánimos. Así nos va. Dejen de pensar que por obtener unos absurdos resultados en unas elecciones generales ustedes tienes derecho y autoridad para legislar y decidir sobre la población española con total impunidad y unilateralidad. Encuestas de varios medios mediáticos populares de la última semana (entre ellos los diarios El Mundo y El País) recogen el resultado de apoyo a estas acciones tan antidemocráticas entre un 78 y un 90 %. Suponemos que estos datos no son representativos ya que no participa el total de la población española, al contrario que en las elecciones del pasado año obtenidas en su juego democrático ¿Verdad?

Sigfrid Soria, resulta que cuando se llena su puerta de gente a recriminarle su buena intención y participación como político no  se trata de antisistemas violentxs (“perroflaurtas”) y sin motivo que tediosxs deciden acercarse a la puerta de su casa a provocar a las diplomáticas fuerzas de seguridad. Si a usted le fastidia tanto asumir responsabilidades públicas (“hartazgo respecto a la persecución política") no termino de comprender su vocación como político.

En manifestaciones podrás gritar “illa illa illa, SantaMaría hija de puta”, a nadie le molesta, es democrático, ahora que tiemble la tierra si se lo vas a decir a la puerta de su “humilde hogar”, entonces llegó a sus oídos.
Cuando ustedes quieran pueden dejar de gastar el tiempo y presupuesto del Estado  y comenzar de una santa vez en invertirlo en lo que la voz de su pueblo les pide a gritos (esta vez incluso donde vuestros oídos llegan).

(Viñeta tomada del periódico El Diagonal)

16/04/13

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